Estanflación: ¿amenaza o realidad para Costa Rica?
La profesora y coordinadora de la carrera de Economía en la Universidad Fidélitas, Hannia Ramírez, nos explica este fenómeno en el actual contexto económico del país.
Comencemos analizando la pregunta que le da título a este escrito: Estanflación: ¿amenaza o realidad para Costa Rica? La respuesta a esta pregunta es, como tantas veces en la maravillosa ciencia social que es la Economía, poco categórica.
Para hacer la declaratoria de estar en esta situación, se requieren 2 condiciones:
1. Inflación elevada (esto es, más allá de lo esperado por las autoridades) y
2. Estancamiento productivo, o sea, que nuestro aparato productivo está “apagado”, que no está creciendo nuestra producción, aunado a un alto desempleo.
Condiciones
En cuanto a la condición 1., sí se cumple en este momento en Costa Rica, en tanto que la 2., no.
La inflación experimentada en el país ha golpeado con fuerza, cual tormenta devastadora, causando un ominoso perjuicio a la población nacional.
De ella, se dice que es el más regresivo de los impuestos, toda vez que, proporcionalmente, perjudica más a los quintiles más pobres de la población, en virtud de que su gasto en el rubro alimentario y en el de transporte consume una dimensión altísima de su ingreso.
En cuanto al segundo condicionante, Costa Rica todavía no ha sido testigo del estancamiento económico como tal; por resultado de que nuestra producción, medida por medio del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), muestra este año un comportamiento dentro del terreno positivo, aunque es innegable su clara tendencia hacia la desaceleración.
Como refuerzo a lo anterior, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) prevé que la producción nacional crecerá un 3,4% (según el último Informe de Política Monetaria), lo cual difiere del 3,9% que había pronosticado al inicio del año.
¿Podría ocurrir?
Ahora bien, ¿está el país bajo amenaza de caer en estanflación?
La amenaza se cierne porque la economía mundial sí está atravesando un choque de estanflación y, como bien se sabe, la nuestra es una nación pequeña y vulnerable a lo que esté aconteciendo con nuestros socios comerciales más importantes.
¿De qué dependerá, entonces, que ese riesgo se materialice? De manera simplificada, de:
a) Lo que ocurra en la economía allende nuestras fronteras, como se acaba de apuntar (y de lo cual no se tiene ningún control), y también
b) De la ejecución de la política macroeconómica nacional.
Respecto a lo primero, nuestro gran socio, EE. UU., ya está en recesión técnica, según el consenso de los economistas, puesto que su PIB tiene 2 trimestres consecutivos de decrecer (0,2%y 0,4%, respectivamente).
Y la zona Euro ha crecido este pasado trimestre 0,6%, lo cual muestra un desempeño satisfactorio, dada la guerra circundante, pero tampoco es para celebrar.
Impacto en Costa Rica
Tocante a la política económica nacional, las medidas tomadas por el BCCR para aumentar la Tasa de Política Monetaria, si bien buscan poner algo de coto a la inflación, deberían de sopesarse muy bien para no desestimular el crecimiento de la producción nacional; con lo que se contribuiría a materializar el temido estancamiento económico. Estanflación
De todo lo anterior se colige que, dado un panorama mundial poco o nada halagüeño, es imperioso solicitar extrema prudencia a los que manejan los instrumentos de política económica para no lesionar más el aparato productivo, ante todo porque el país no cuenta con holgura fiscal para destinar recursos a la asistencia de quienes están sufriendo más el impacto del crecimiento de los precios, la desaceleración en la producción y el abominable desempleo.
De cara a tal tesitura, aflora a la memoria la imponente frase atribuida –fehacientemente, o no– al genial Einstein:
“En tiempos de crisis la imaginación es más efectiva que el conocimiento”. Con esto en mente, los agentes económicos se enfrentan a una decisión trascendental de dos vías:
-Albert Einstein
-Asumir una actitud pasiva, esperando a reaccionar lo mejor posible ante lo que acontece y acontecerá o bien,
-Proactivamente, avivar el insondable cerebro de cual hemos sido dotados, y trazar una estrategia que propenda a sacar ventaja de la situación, utilizando la creatividad, innovando en cualquiera que sea nuestro quehacer, disciplina, oficio u profesión.
Es la única senda para romper con las limitaciones que se tienen, cual Sansón frente a los filisteos, al destrozar los siete tendones que lo ataban.
No existe ámbito de nuestra vida que no sea sujeta de mejora a través de la innovación, la llamada “destrucción creativa” que el visionario Joseph Schumpeter, (1883-1950) nombró en su obra.
Es así que trascendemos y conseguimos hacer más con lo mismo que tenemos.
Es posible hacerlo, hay vasta evidencia de ello en nuestras empresas costarricenses. Estoy segura de que todos somos capaces. ¿Acepta el reto?